Ad portas de la conmemoración del natalicio de Gabriela Mistral y de los 80 años de su Premio Nobel de Literatura, han surgido iniciativas para rendirle homenajes que destaquen su nombre y su presencia en el país.
Mientras algunos han propuesto sustituir la imagen de Baquedano por la suya en el centro de Santiago, el Ministerio de las Culturas apoyó la idea de rebautizar a la región de Coquimbo con su nombre.
La intención es coherente con la tendencia a destacar a las grandes mujeres de la historia de Chile y fortalecería su figura en nuestro imaginario cultural. Sin embargo, esto invita a jugar con la ficción histórica. ¿Qué habría pensado Gabriela Mistral? Aunque agradecía los homenajes cuando nacían del cariño del pueblo, nunca le acomodaron los tributos oficiales; más si se quedaban sólo en halagos. Y es que la poetisa miraba con sospecha los gestos que provenían de quienes poco hacían por la educación o la justicia social.
Hechos, no palabras. Un verdadero homenaje para ella supondría atender a sus reflexiones y críticas, para construir desde ahí un proyecto que impulse a la región y sus habitantes; sobre todo, a sus niños y mujeres. Designar a una región con su nombre debería ser solo el corolario de un tributo hecho con sus obras. Eso tendría verdadero impacto y trascendencia desde la inspiración de una mujer brillante, multifacética, genuina y excepcional.
María Gabriela Huidobro, decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales Universidad Andrés Bello
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