La correcta integración de las tecnologías en los procesos de lectura permite aumentar la experiencia, pero también transformar los procesos, haciendo la actividad más motivante y con mayor impacto.
La Literatura permite no sólo adquirir conocimientos, sino que ayuda a potenciar la imaginación, la empatía, la creatividad y el lenguaje. Además, es una gran actividad para la mente, ya que contribuye a ejercitar la memoria y aprender nuevas palabras, sobre todo en las primeras etapas del desarrollo. Sin embargo, la satisfacción de tomar un libro y empezar a ojearlo ha cambiado con los años.
“Los adultos de hoy leíamos libros que estaban en nuestra casa; luego en la biblioteca del colegio y después, con gustos más definidos, los comprábamos. Hoy ese entorno para los niños y jóvenes es más amplio, pues los sistemas de comunicación multimedia han construido un entramado de contenidos variado que ya no es solamente físico”, explica Marco Rosales, profesor de Lenguaje, magíster en Comunicación y diplomado en Liderazgo Educacional de la red Cognita, con más 17 establecimientos en Chile.
Por ello, no sorprende que muchas de las obras preferidas de niños y jóvenes provengan de plataformas del mundo tecnológico por excelencia: aventuras de youtubers; historias de videojuegos; películas o comics, como, por ejemplo, la famosa saga de Tomb Raider, un título imprescindible para los seguidores de la famosa arqueóloga y aventurera Lara Croft. Y también viceversa. The Witcher, Assasin’s Creed y Dune son universos creados en páginas de papel que pasaron a consolas de videojuegos.
La lectura en las aulas
La correcta integración de estas tecnologías en los procesos de lectura permite aumentar la experiencia lectora, pero también transformar los procesos para hacer de esta actividad un hábito más motivante y con mayor impacto emocional.
Una dinámica que no puede estar aislada de las salas de clases, si lo que se quiere, finalmente, es motivar a leer. “Actualmente, se desarrollan actividades como la creación de booktubers (viene de book, de libro, y tube, de YouTube), donde una persona hace breves videos en donde reseña un libro o lleva a cabo trivias a partir de textos, mediante diferentes herramientas digitales que permiten realizar cuestionarios interactivos en tiempo real”, explica Marcos Rosales. “También están los “wikis” o murales digitales, en los cuales varios estudiantes pueden colaborar, construir y compartir sus interpretaciones de un libro o hacer recomendaciones”, complementa.
¿Y cómo hacerlo en la casa? Para el experto de la red Cognita, la recomendación es acercarlos a descubrir el amor por la lectura con distintas temáticas que vayan de acuerdo con sus intereses, fomentando esta práctica como algo agradable y no como una obligación, aprovechando de reforzar vínculos y lidiar con conflictos del día a día.