Las restricciones de movimiento, el distanciamiento social y el uso generalizado de mascarillas se convirtieron en norma, alterando ritmos y rituales, incidiendo en el descanso.
En el marco del “Mes del sueño” -y a cuatro años desde el inicio de la pandemia en Chile- la Clínica Somno, especialista en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del sueño, realizó una encuesta sobre la calidad del sueño, que consideró la participación de 1.645 personas mayores de 18 años.
Uno de los principales resultados concluyó que más del 67,4% de los consultados confirmó que la calidad de su sueño empeoró desde el inicio de la pandemia, mientras que el 26% no observó variaciones y sólo un 6,3% asegura que ésta mejoró.
Andrés Silva Ruiz, neurólogo de la Clínica Somno, indicó que “la pandemia provocó un súbito y radical cambio en la rutina de las personas. De esta manera, muchos vivieron una especie de crisis a la que hubo que adaptarse, sufriendo consecuencias en las esferas emocional, nutricional y en los niveles de cansancio y fatiga, que tienen relación directa con la calidad del sueño”.
En tanto, el especialista afirmó que “ese pequeño porcentaje que observó un cambio positivo puede tener como factor clave la implementación de medidas como el teletrabajo, que benefició a determinadas personas que debían recorrer largas distancias todos los días para acceder a su lugar de trabajo”.
Tecnología y fármacos
El estudio también abordó el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir. En ese sentido, los resultados mostraron una distribución equitativa: un 34,3% admitió haber aumentado su utilización desde el comienzo de la pandemia, el 33% afirmó que no hubo cambios, mientras que un 32,6% señaló un ligero aumento.
Adicionalmente, un 35,9% reconoció la ingesta de fármacos para conciliar el sueño desde el inicio de la pandemia, un 12,2% optó por productos de origen natural y el 52% de los consultados no ha utilizado ningún tipo de medicamento.
Por otro lado, en enero de 2021, el Gobierno anunció la primera Prueba de Transición. En ese momento -mediante estrictas medidas sanitarias- se implementaron diversas acciones con el objetivo gradual de regresar a la normalidad.
Luego de todos estos procesos, casi el 60% de los encuestados admitió no haber experimentado una mejora significativa en su calidad del sueño, mientras que un 33,4% afirmó sentirse igual que antes.
En relación a estos resultados, el doctor Andrés Silva Ruiz explicó que “los efectos de la pandemia en la calidad del sueño son una especie de ovillo que hay que desenredar, pues ha pasado mucha agua bajo el puente. Por este motivo, es importante identificar a tiempo los trastornos del sueño para realizar un adecuado análisis y tratamiento. En ese sentido es relevante observar cómo ha cambiado nuestra alimentación, nuestras relaciones afectivas y el regreso a la normalidad en general, debido a todas las consecuencias que trajo de forma colateral el COVID-19”.