La organización ambiental se suma a las peticiones de la municipalidad y la comunidad local, que piden más herramientas para proteger el espejo de agua que regresó a la laguna después de las lluvias del año 2023.
Desplegando un cartel flotante de 5 metros sobre la Laguna de Aculeo, activistas de Greenpeace se sumaron a la iniciativa que busca que este espejo de agua, en conjunto con los esteros Pintué y Santa Marta, sean declarados como humedal urbano y de esta forma, dotarlos de más herramientas jurídicas para su protección.
Para llevar a cabo esta acción, los voluntarios se movieron en kayaks hasta el centro de la laguna donde desplegaron la estructura, que tenía la capacidad de flotar por sí sola sobre el agua dulce. Martín Benavides, estudiante de derecho y uno de los participantes de la iniciativa, declaró que “a través de esta acción pacífica lo que buscamos es llamar la atención de las autoridades, especialmente del Ministerio de Medio Ambiente. Queremos que esta laguna se declare humedal urbano para así protegerla y a toda su biodiversidad”, declara.
La Municipalidad de Paine ha presentado tres veces esta solicitud en el Ministerio de Medio Ambiente, siendo la última de ellas de mayo de 2023, la que ya fue reconocida como “admisible”.
El aporte de Aculeo
Aunque este espacio es recordado como un polo turístico de la Región Metropolitana, sus principales valores se relacionan con su aporte ecosistémico. “Se reconoce como el albergue de 102 especies de aves distintas, las que históricamente usan este espacio como refugio migratorio, de alimento, descanso y reproducción, entre las que se identifica la Garza Cuca, la Huala y el Blanquillo”, detalla Dominique Charlin, veterinaria y especialista en Biodiversidad de Greenpeace.
“Su existencia también nos proporciona beneficios ambientales, como ser regulador climático, purificador de agua, además de ofrecer espacio de recreación y conexión con la naturaleza”, agrega Silvana Espinosa, geógrafa y vocera de la misma organización.
“Cada mañana al subir la temperatura, emerge de la laguna un manto de neblina que ayuda a mantener la humedad y equilibrar la temperatura de la zona, lo que permite la existencia y mantención de los distintos bosques presentes en el sector, como el bosque esclerófilo o los robledales a más altura”, describe la profesional.
Sobre el primero, Espinosa dice que se caracteriza por sus árboles de hojas pequeñas y duras, “especialistas en guardar el agua en un clima templado mediterráneo de temporadas de calor secas y extensas. Es por definición un bosque siempre verde ya que no pierde las hojas. Según comentan habitantes de la zona, cuando la laguna, las napas subterráneas y las quebradas se secaron, el bosque sufrió un fenómeno llamado pardeamiento o browning, y los árboles se tornaron color café, esto refleja su deterioro y falta de agua”, explica.
De ahí que sea importante avanzar en su protección. Es urgente que el ministerio avance en la declaratoria de la laguna de acúleo como humedal urbano, para que así podamos entregar herramientas de protección y de gestión, advierte la vocera de Greenpeace.
En caso de ser aceptada como humedal urbano, la laguna contará con más y mejores herramientas jurídicas que aseguren su cuidado, según lo establece la ley. Entre ellas: los proyectos que se quieran ejecutar dentro de los límites del polígono declarado deberán pasar por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental; se debe ingresar al Plan Regulador de la comuna como área de protección de valor natural y el municipio debe establecer una ordenanza general para su protección, con un detalle de las actividades prohibidas y permitidas al interior de la zona.
Posteriormente, la comunidad tendrá un rol clave para gestionar la protección y preservación del humedal, y participar activamente en las instancias de gobernanza.
Desvío de agua, cambio climático y una aguda sequía.
Por 10 años, la Laguna de Aculeo fue desapareciendo de forma paulatina hasta quedar completamente seca el 2018. Este fenómeno se explica por la suma de múltiples factores: el desvío de agua de las fuentes que la alimentaban y el bombeo de las napas subterráneas (por acción humana), en un escenario de cambio climático y una aguda sequía.
A juicio de Viola González, vecina del sector de Rangue hace 40 años. Han sido años secos con escasez de lluvias, sumado al desvío de aguas, que sufrió un aumento por la llegada masiva de nuevos propietarios. “Las parcelas son de 5.000 metros y las compran para tener todo arreglado, con piscina y pasto verde. Y aunque están en su derecho, esa agua viene de la napa subterránea que alimenta el cauce de la laguna”, afirma.
Pese a que el futuro se presentaba desalentador, las abundantes precipitaciones del invierno pasado lograron que la laguna recuperara parte considerable de su cuerpo de agua. Según la Dirección General de Aguas (DGA), desde agosto del 2023 la superficie de la laguna se extendió más de 5 km2 (equivalente a un 45% de la superficie a nivel histórico)