Sin duda las decisiones que pueden marcar el rumbo de vida de una persona, suelen presentar un alto grado de complejidad, y justamente una de esas decisiones consiste en elegir una carrera para iniciar o replantear nuestro proyecto de vida, para lo cual es preciso indagar sobre las características de la especialidad o carrera de interés, conocer su campo laboral y contexto en el cual se desenvuelve, ingresos promedio, y muy especialmente, se debe tener en cuenta el llamado vocacional que experimenta el potencial alumno(a).
Dado lo anterior, es natural preguntarnos si nuestra decisión irá por una carrera universitaria o técnica de nivel superior, por lo tanto se entregarán algunas razones por las cuales decidirse por lo “técnico”; la extensión resulta ser la primera gran razón, normalmente las carreras se cursan en 4 semestres (2 años) y a posterior se realiza una práctica profesional de alrededor de 3 meses, lo que permite que un alumno con titulación oportuna, disponga de su certificado de título al tercer año, documento que le otorga todas las atribuciones para desempeñarse en la disciplina.
En segundo término, existe la a posibilidad de acceder a gratuidad y becas, lo que permite que el o la alumna financie por esta vía la totalidad del proceso, sin desembolsar recursos personales. Cabe destacar que en sede Coquimbo, el 80% de los alumnos estudian con alguno de los beneficios mencionados. Un tercer aspecto es la inserción laboral de los técnicos, que para el caso de Ceduc UCN Coquimbo, en promedio el 81% consigue un trabajo al año de haberse titulado, dato que se complementa con estudios externos como es el caso del estudio de fuerza laboral 2021-2030 del Consejo de Competencias Mineras, donde se prevé una demanda de 25.338 trabajadores hacia el año 2030. Un alto porcentaje de dicha demanda está constituida por la necesidad de incorporar técnicos/as, lo que resulta perfectamente extrapolable a las realidades de otros sectores productivos y de servicios del país.
Finalmente tenemos el aspecto remuneracional, que aunque no constituye el único y gran motivador, es innegablemente un factor de relevancia; el que, integrado a una fórmula donde convergen gratuidad y becas, corta duración de la carrera y alta posibilidad de inserción laboral, no deja lugar a dudas que formarse como técnico es un desafío que trae consigo importantes réditos, los cuales quedarán reservados solo para quienes creen en la formación técnica y se atreven con una carrera de esta naturaleza.