En un hecho sin precedentes en la historia militar, el Ejército de Chile incorporó este año oficiamente en sus filas al primer hombre trans, el joven Benjamín Ernesto Barrera Silva (26), quien tras soñar desde pequeño con una carrera en las Fuerzas Armadas hoy cumple su meta y está a punto de titularse, siendo el hecho destacado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) en un comferencia efectuada en el frontis del Museo de Historia Militar.
“Logré entrar a la Escuela de Suboficiales. Apenas entré conté todo a los mandos mayores, mi tema de transición y cirugías. Hasta el momento no tenido ningún tipo de discriminación”, señaló Benjamín, con evidente orgullo, así como muy agradecido de cada una de las personas que lo ayudaron desde niño, partiendo por sus familia, docentes, médicos y compañeros de trabajo entre otros.
Su actual desafío es “finalizar mi carrera con normalidad y contribuir a que la mentalidad siga cambiando y hayan otras personas como yo también, que puedan acceder a las FFAA sin ningún tipo de discriminación y diferencias. Claramente respaldado por instituciones como el Movilh”, señala.
A solo días de de que Benjamín se gradúe como enfermero militar de combate, el dirigente del Movilh, Rolando Jiménez, ha venido conociendo hace un año de cerca el proceso, asesorando al militar y estando en contacto fluidoc el Ejército.
Recuerda que en el “pasado ya conocimos testimonios de uniformados lesbianas, gays o bi que lucharon por sus derechos y asumieron públicamente su orientación sexual. Hoy, por primera vez, corre similar suerte Benjamín, un joven valiente que con gran esfuerzo y perseverancia está cambiando para bien el rostro de las Fuerzas Armadas, de Orden y de Seguridad y abre en estas instituciones el debate y la comprensión sobre la identidad de género”.
Añadió que “desde conocido el esfuezo de Benjamín establecimos contacto con el Ejército, donde están implementando medidas para avanzar en la erradicación de la discriminación por identidad de género. Esperamos que el Ministerio de Defensa contribuya a esto, estableciendo protocolos claros que sean aplicables a todas las ramas de las Fuerzas Armadas. El ministro Mario Desbordes, en reuniones con Movilh, se ha mostrado dispuesto a ello”.
En tanto, y en carta dirigida al Movilh en relación al caso de Benjamín, el Jefe del Departamento Comunicacional de la institución, coronel Roberto Ovalle Viñuela, sostuvo que “el Ejército es parte de la sociedad a la cual sirve y se debe y, por lo tanto, pertenece a todos los chilenos, sin distinción”
“Su carácter inclusivo considera a todas aquellas personas que deseen servir a la patria, bajo las condiciones establecidas en los distintos procesos de admisión; del estado de salud, que debe ser compatible con el servicio y del compromiso de asumir las normas que tiene el Ejército, contenidas en su Reglamento de Disciplina, en la Ordenanza y el Código de Justicia Militar”, añadió.
Y por cierto, tal es el caso de Benjamín, pues cumple con todos los requisitos.
La historia de Benjamín
Nació en Buin el 27 de julio de 1993 y cursó su enseñanza básica en la Escuela San Sebastián de Quilicura, mientras que durante la enseñanza media, en el Liceo Gabriela Mistral de La Serena, se incorporó activamente a la Banda Guerra, cumpliendo así el sueño de tomarle el pulso a un interés que tenía desde niño
“Siempre conté con el apoyo de mi familia, abuelos, padres, hermanas, tíos primos etc. Ellos siempre me hicieron sentir un hombre más de la familia, en especial al momento de contarles que iniciaría mi transición”, señala.
Teniendo siempre como meta la carrera militar, entre el 2013 y 2016 estudió Técnico de Enfermería en el AIEP de La Serena. Pese que su familia siempre apoyó su identidad, Benjamín recuerda que “al principio fue un poco difícil poder realizar mi práctica profesional con mi identidad, En ese momento no tenía rectificada mi partida de nacimiento y debí usar un uniforme femenino”.
Semanas después, en “mi segunda práctica, todo cambió. Con la ayuda de la coordinadora del ÁrEa de Salud del AIEP, la señorita Ingrid, conseguí que comenzarán a llamarme por mi nombre social y antes de finalizar la carrera, cambié mi nombre y sexo legal, gracias al apoyo jurídico de la Oficina de la Diversidad de Coquimbo, en ese momento a cargo de Felipe Cerda y Georgina Muñoz ”, recuerda.
Benjamín es un agradecido de la vida y, en ese sentido, “para mí es de suma importancia destacar en el relato de mi historia, con nombre y apellido a quienes me ayudaron en mi camino hacia el Ejército”, dice.
En este transitar, Benjamín conoció a su polola, Scarlet, con quien suma 5 años de relación. “He tenido un gran apoyo de mi pareja. Desde el momento que la conocí y le conté mi realidad me ha apoyado. También ha sido partícipe de querer realizar cambios dentro de esta sociedad, donde aún es un poco difícil desenvolverse con normalidad. Ha sido una hermosa relación, de amor puro desde el primer día. Con proyectos de casarnos el próximo año y consolidar esta hermosa relación”, dice.
En medio de su relación, Benjamín recuerda que “conseguí operarme los genitales (genitoplastia masculizante, un trabajo de excelencia del cual hoy en día me siento pleno y feliz gracias a la gran labor del urólogo del hospital de la Serena, Sergio Soler, que trabajó mi cirugía con el doctor Guillermo Mac Millan. Luego pude realizarme la ginecomastia en el Hospital de Coquimbo, donde destaca la gran labor que realizó en el post operatorio la enfermera Carolina Gonzalez”.
Hacia el Ejército
Tras trabajar dos años en la Clínica Red Salud de La Serena, Benjamín avanzó hacia el lugar donde siempre quiso estar: inició su postulación a la carrera militar, sin saber como lo recibirían, qué le dirían o qué obstáculos le pondrían. Lo que tenía claro es que no ocultaría que era una persona trans y que defendería su derecho a ser tratado de una manera acorde a su identidad de género”.
“Apenas entré a la Escuela de Suboficiales conté todos a los mandos mayores. Quise entrar con la verdad altiro. Lo hablé con el capitán Alex Toledo, mi suboficial León y cabos de la compañía. Quizás lo conté con la intención de prevenir algún tipo de discriminación de parte de mis camaradas, pero estos reaccionaron de manera muy respetuosa”, recuerda Benjamín.
Añade que el tema, con su consentimiento, “fue abordado con el curso completo. Me señalaron que merecía el mismo respeto que todas las personas, me respaldaron y he sido tratado con igualdad”.
“La próxima me titulo como cabo enfermero militar de combate, lo que será un gran logro para mí, más al ser una persona trans”, señala.
Benjamín enfatiza, por último, que hizo pública su realidad “por el simple hecho de que fue una lucha y que tuvo buenos resultados después de pasar por varios procesos médicos psicológicos y físicos. Quiero que se sepa que no soy el único trans que gusta del Ejército y busco que se dé un empujón a la lucha que da Movilh por los derechos trans”
“Llegar aquí sin vivir prejuicios y con la finalidad de que esto se normalice para que más adelante más personas con las mismas características que uno puedan triunfar en las Fuerzas Armadas es una de mis metas”, finalizó
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