Iván Muñoz, psicólogo y director Paréntesis del Hogar de Cristo.
A fines del pasado junio se dio a conocer el Informe Mundial sobre Drogas 2020 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), donde uno de los puntos más preocupantes para nuestro país es que somos punteros en una lamentable tabla. La de las drogas, especialmente en población escolar, liderando en la prevalencia/año del consumo de marihuana a nivel mundial. Lo más preocupante no es el dato, es que la cifra y el problema no son nuevos.
Esta noticia volvió a aparecer hace algunas semanas a propósito de la dificultad de la ejecución de programas de apoyo, debido al cierre de colegios por la crisis sanitaria. Este dato más lo señalado por el Informe de UNODC, hace pensar que las cifras que ya eran malas, empeorarán en el futuro, ya que habrá generaciones que no han recibido suficiente prevención. Esto, sin embargo, no es así. Uno de los grandes errores es pretender abordar este fenómeno desde un solo lugar, desde el punto de vista de “las drogas”, y no desde el sujeto, la persona, su comunidad, su contexto.
Si la noticia del alto consumo de nuestros jóvenes no es nueva y realizar prevención no es la única solución, ¿cuál es el camino? El mismo Informe Mundial concluye que existe una asociación entre desarrollo de trastornos por consumo de drogas y desventaja social. Esto es: bajo nivel educativo, mayor dificultad para encontrar y permanecer en el empleo, inestabilidad financiera y pobreza, posiblemente los problemas que más se han evidenciados en este contexto de pandemia.
Por lo tanto, el esfuerzo debe estar puesto en la intersectorialidad. Esto no es drogas, es salud, empleo, vivienda, justicia y una serie de dimensiones del bienestar social. Se debe favorecer que la política pública en este tema aborde y logre modificar los aspectos que propician el inicio y desarrollo del consumo. Que pueda dar coherencia a propuestas que complementan lo humano y lo ciudadano, para así dar más base, más apoyo para evitar que las drogas tengan más espacio para abarcar. Eso podría ser finalmente una real forma de prevenir.