Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático
Según datos del Banco Mundial, se generan más de dos mil millones de toneladas de desechos sólidos cada año en el mundo y, si no se toman medidas urgentes, al año 2050 podría aumentar a 3.400 millones de toneladas, lo que significa que estaremos viviendo literalmente en medio de la basura.
Ante esto, toma más sentido la conmemoración este domingo 17 de mayo del Día Internacional del Reciclaje, una fecha instaurada en 2005 por la Unesco para concientizarnos sobre el insostenible hábito de usar y tirar, como también, la urgencia de dejar atrás el actual modelo de producción y de gestión de residuos que está acabando con el planeta que todos compartimos.
En los tiempos que corren, la economía circular está abriéndose paso con fuerza, ejerciendo un rol destacado para empujar los cambios culturales que se requieren. Hoy más que nunca se ha vuelto esencial aplicar la estrategia de las “nueve R” en que se basa actualmente el modelo de la economía circular -repensar, reducir, reusar, reparar, restaurar o reacondicionar, remanufacturar, reutilizar, reciclar, recuperar-, medidas destinadas a mantener, valorizar los productos y aprovechar los materiales y recursos el máximo tiempo posible.
Chile va por buen camino, pero nos queda mucho por hacer. La ley de Fomento al Reciclaje es un claro ejemplo del compromiso del Estado en redefinir el enfoque de la gestión de los residuos en nuestro país. Producto de la implementación de esta normativa, se espera que aumente sustancialmente la tasa de reciclaje en el territorio nacional y se disminuya la presión sobre los sitios de disposición final de residuos.
¿Y cómo podemos colaborar los ciudadanos? Actualmente en Chile se generan 1,15 kilos de basura domiciliaria per cápita al día, más de 32 kilos al mes, una cifra altísima que nos posiciona como el segundo país en Latinoamérica que genera más basura y a ello se suma que solo el 1,5% de los residuos municipales sólidos es valorizado. En lo cotidiano, podríamos evitar el aumento de los residuos, con acciones ya conocidas como reparar, recuperar, reciclar o reutilizar los productos que adquirimos y/o consumimos, incluso detenerse a pensar si los nuevos productos que vamos a comprar son necesarios.
La alta cifra de residuos que todos generamos diariamente es una clara demostración del largo camino que tenemos en materia de aprovechamiento de los residuos sólidos, que tienen la oportunidad de valorizarse a través del reciclaje, convirtiéndose en materia prima para la fabricación de nuevos productos. No olvidemos que países como Holanda logran reutilizar cerca del 80% de la basura que genera.
Por eso, como Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, estamos contribuyendo en la transición del país hacia una economía circular, incorporando estándares de reducción, reutilización y valorización de residuos en las empresas mediante los Acuerdos de Producción Limpia (APL). Asimismo, trabajamos en APL vinculados a todos los productos prioritarios de la ley REP: aceites lubricantes, aparatos eléctricos, envases y embalajes, neumáticos, pilas y baterías, a través de lo cual se busca sentar las bases de los futuros sistemas colectivos de gestión para estos productos.
En definitiva, el éxito de la economía circular, de la valorización de los recursos y también de sus residuos, depende de todos: ciudadanos, autoridades y empresas. Solo así podremos dejar atrás el consumo desmedido, la filosofía de usar y tirar, y evitar la presencia excesiva de basura, un causante más de la crisis ambiental que está sufriendo el planeta.