En marzo de este año el 91% de los establecimientos educacionales del mundo cerraron. Esto ha presentado desafíos importantes para gobiernos, expertos, profesores, padres y alumnos y ha dejado en evidencia que una de las soluciones es el uso de la tecnología como eje clave en el proceso educativo de niños y jóvenes.
Es pronto para saber cómo evolucionará el modelo educativo. Las compañías de educación tecnológica (EdTech) están logrando demostrar que el aprendizaje en línea puede ser altamente eficiente en algunos casos, sobre todo en aquellos que se salen de la media. También se consolidan como un eficaz complemento a las clases impartidas en el colegio.
Muchos docentes están descubriendo la forma en que estas herramientas se convierten en aliados que facilitan su trabajo y que les permiten dedicar tiempo a lo que mejor saben hacer: transmitir conocimiento, captar las dudas y estados de ánimo de sus alumnos. ¿Por qué no confiar en plataformas digitales para mandar las tareas diarias? Al ser personalizadas, serían más eficientes y su devolución corregida al profesor supondría una potente herramienta de diagnóstico de la evolución de cada alumno. Para Javier Arroyo, creador de www.smartick.com, plataforma de enseñanza matemática para niños de 4 a 14 años, la educación escolar ha sido uno de los hitos en el desarrollo de la civilización moderna. “Si lleva estructurada de la misma manera desde hace siglos es porque funciona. Ahora, el colegio y el aprendizaje pueden mejorar. Actualizar los métodos sería una evolución, no una revolución”, asegura.
“Personalmente, creo en un modelo de aprendizaje mixto en el que los distintos métodos sumen para obtener el mejor resultado posible. Considero que un buen profesor nunca podrá ser sustituido por una máquina. La pasión, motivación y amor por una materia que puede transmitir un docente es algo único. Ahora bien, las computadoras superan a los humanos en el trabajo individual de práctica profunda”, explica Arroyo.
La pregunta que surge entonces es cuánto cambiará la tecnología el aprendizaje de los estudiantes. Las autoridades y sostenedores de establecimientos escolares solo lo sabrán cuando los niños regresen a las clases presenciales del colegio, plan que para el ministro de Educación, Raúl Figueroa, va a seguir adelante a pesar de las críticas. Para las autoridades, las clases tradicionales otorgan una mayor equidad a los estudiantes. En contrapunto, Javier Arroyo considera que “las metodologías online pueden ayudar al profesor a lograr una atención a la diversidad cuasi perfecta y mejorar, así, gestión de la clase, liberando tiempo para dedicarse a tareas de mayor valor añadido. Los niños que puedan volar más alto que la media de la clase, lo harán y, los que necesiten refuerzo, no se quedarán atrás. Esta es una de las grandes incógnitas del escenario post Covid-19, si habremos aprendido a aprovechar lo que nos hemos visto obligados a usar”.