Por Patricia Edwards, Presidenta del Directorio de Fundación DKMS
Más de 500 mil personas se han visto afectadas directamente por el COVID-19 a nivel mundial, una cifra que va en aumento minuto a minuto, y que ha dejado en evidencia la importancia de no olvidar ni abandonar a los grupos de riesgo, como lo son los pacientes con cáncer.
Cada 35 segundos una persona es diagnosticada con cáncer de sangre y aproximadamente un 30% de niños y 40% de adultos con esta enfermedad, requieren de donaciones de células madre sanguíneas para poder sobrevivir, las que pueden provenir de cualquier país del mundo, dependiendo de dónde se encuentre su donante compatible.
Si bien las cuarentenas y el cierre de fronteras son estrategias necesarias para detener el contagio de COVID-19, han presentado un enorme desafío para quienes debemos entregar estas donaciones de células madre sanguíneas a pacientes de Chile y el mundo. A pesar de esto, con el esfuerzo conjunto de los registros de donantes, centros de recolección, centros de trasplante, aerolíneas y otras empresas de transporte, la entrega ha podido realizarse a tiempo para aquellos pacientes que no pueden esperar.
Las aerolíneas han sido un apoyo fundamental, muchas de las cuales han puesto todos sus recursos a disposición para apoyar nuestra misión. El compromiso ha surgido incluso desde los pilotos, quienes han aceptado transportar personalmente estas donaciones en vuelos cargueros, que son los que continúan operando.
Junto con agradecer la voluntad de quienes se han sumado a esta misión, hago un llamado a que todos colaboremos para que los pacientes con cáncer de sangre continúen sus tratamientos y puedan sobrevivir a esta enfermedad. Registrarse como posibles donantes y, si es necesario, estar disponibles para donar, es algo que muchos chilenos pueden hacer, así como donar sangre periódicamente para estos pacientes y ofrecer apoyo a las fundaciones que cuidan de ellos y sus familias.